Otros calefactores (y refrigeradores) eléctricos menos conocidos son los "termoeléctricos", que intercambian calor mediante un principio más sofisticado: el Efecto Peltier.
Sirve para obtener calor de una forma cómoda, rápida, limpia, compacta, económica y hasta elegante.
Entre las aplicaciones más conocidas del efecto Joule se tienen los elementos de las estufas para calentar el ambiente, los filamentos de los secadores para el pelo, las resistencias de las planchas para la ropa, las hornallas de las cocinas, las resistencias de tostadores y hornos industriales, los calentadores en los hervidores de agua y fermentadores, los alambres para evitar el congelamiento en refrigeradores y el empañamiento en vidrios de las ventanas traseras de automóviles, los calefactores en peceras e invernaderos, y muchísimas aplicaciones más.